lunes, 25 de enero de 2010

Otavalo-Ecuador - 25 de enero

































Otavalo. La Plaza de los Ponchos. Los mercados. Los hombres de pelo largo, no porque sean hippies sino porque asì lo llevan desde hace mucho màs que quinientos años. Azabaches melenas lacias, ojos de mirada profunda, inquisidora o intuitiva, esas miradas que saben màs allà de lo que simplemente se ve. Me gusta esta gente. Las mujeres vestidas de falda larga, faldas dobles, claras por debajo, oscuras por arriba. Un hombro cubiero de un paño tejido, o un poncho. Elegantes. Los hombres, los sombreros de franela, muchos usan una trenza larga y delgada. Todos calazan una especie de sandalia semi abierta o semi cerrada que parece ser comodìsima y todos son amables y lindos.
Las montañas rodean la ciudad y la bruma baja con la tarde.
Otavalo està a pocos kilòmetros de Ibarra donde dormì anoche. Allà hablè bastante con Hugo, el chico del hotel. Tomamos mates. Comimos bandeja paisa, arroz, frijoles, plàtano frito, ensalada, huevo frito, carne de chivo, aguacate, todo junto. Abundante. Hoy comì tamales en la calle. Riquìsimos. Baratos tambièn. Un tamal cuesta 35 centavos de dòlar. Facturas, 20 centavos de dòlar. Ecuador es barato. Las artesanìas del mercado son preciosas todas y accesibles. Hay mucho tejido de alpaca, tan suave... La gente aparece tranquila, muy afable, simpática, agradable y hay turismo, pero no parecen alterados por eso, ni cargosos, ni careros, hasta ahora la vida en Ecuador es maravillosa. Veremos què pasa en la capital. Necesito ir a Quito, aunque no me guste detenerme en las grandes urbes, esta vez, Quito, me detengo. Tengo que visitar a Rafael.
En Otavalo paro en un hostal que cuesta 5 dòlares. Tengo cocina arriba, al lado de la terraza, para calentar el agua, està bueno. Hay otros viajeros. Nos vamos cruzando. El otro dìa, en Popayàn encontrè a dos chicos de Australia con los que habìa estado en la hosterìa Wunderbar de Puerto Lindo. Compañeros del camino. Porque nos seguimos moviendo nos seguimos encontrando, y es una experiencia rica, divertida, muy agradable. Feliz.
Fotos veràn de esta tarde, de Otavalo, y de Ibarra, por donde pasèe esta mañana antes de salir.

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